Qué hacer si tu novio no te incluye en sus planes
Venga, que te voy a contar algo que me pasó hace no mucho, y que seguro que a más de uno le suena. Resulta que estaba yo, planeando con ilusión un finde genial, ya sabes, esas cosas que uno imagina cuando está en la nube con alguien. Y de repente, zas, me entero de que mi novio no me incluye en sus planes. Vamos, que se fue con los colegas o a lo que sea, y ni un aviso, ni un “oye, ¿te apuntas?”, ni nada. ¿Te suena? Pues eso, que duele más de lo que parece, y no es solo por el plan perdido, sino por el peso invisible del olvido.
La primera reacción: ¿Qué hago ahora?
Lo típico, ¿no? Te pones a pensar mil cosas, desde “¿será que no le gusto?” hasta “¿habré hecho algo mal?”. Y ahí empiezan los fuegos artificiales en tu cabeza, con mil escenarios, algunos improbables, otros dolorosamente reales. Pero, a ver, antes que nada, respira. No te lances a sacar conclusiones locas sin tener toda la info. A veces, el asunto no es tan dramático como lo pintamos en nuestra mente.
¿Por qué puede pasar esto?
- Falta de comunicación: Lo más común. Él puede pensar que tu día está lleno, que tienes otros planes o que no te apetece.
- Costumbres diferentes: Quizá él tiene un grupo de amigos con los que sale regularmente y no siente la necesidad de incluirte siempre.
- Problemas personales: A veces, cuando alguien está lidiando con sus cosas (trabajo, estrés, etc.) se aísla sin querer.
- Desinterés, sí, también existe, pero no hay que saltar a esa conclusión sin pruebas.
¿Cómo afrontar esto sin volverte loca?
Vale, que no se diga que soy una experta en manuales de vida, pero algo que siempre recomiendo es la honestidad brutal y sin rodeos. O sea, habla con él. No hace falta que te pongas en modo interrogatorio, pero sí un “oye, me he dado cuenta de que no me incluyes mucho en tus planes, ¿qué pasa?”.
Y ojo, que no es fácil. A veces uno se traga el orgullo pero se le nota enseguida. Bueno, o eso creo, no sé si lo que digo tiene sentido o es puro rollo mío, pero en fin… La cosa es que la conversación debería ser una búsqueda conjunta, no un ataque.
¿Y si no cambia nada?
Esto es lo que más quema, ¿eh? Que sueltes todo y que la cosa siga igual o que apenas haya respuesta. Pues mira, en ese punto toca replantearse qué quieres tú. Porque estar en una relación donde te sientes invisible es agotador, y créeme, no vale la pena.
Así que, después de intentar hablar, de dejar claro cómo te sientes, si nada cambia, quizá es hora de pensar en ti. No para huir, no para hacer drama, sino para cuidar tu dignidad y tu salud mental.
¿Y qué planes hacer si te quedas fuera?
Pues no todo está perdido, que no cunda el pánico. A veces esto es un toque para que vuelvas a ti, para que hagas lo que te gusta sin depender de nadie. Sal con amigos, haz ese curso que siempre dejaste pendiente, date un capricho. En serio, no es consuelo barato, es una manera de reconectar contigo.
¿No será que yo estoy exagerando?
Ah, espera, creo que me estoy liando un poco con esto. Tenía algo apuntado pero no lo encuentro, da igual. Lo que quería decir es que a veces ni haciendo todo bien sale. No sé si me explico, pero bueno ya me entiendes. Que a lo mejor él no es un mal tipo, ni un egoísta total, solo que no sabe expresarse o que tiene su propia forma de ver la relación. Y claro, tú terminas haciendo una montaña de un grano de arena, o a lo mejor no. No sé, la verdad es que estas cosas son un lío y cada caso es un mundo.
¿Vale la pena insistir?
Pues mira, depende. Depende de cuánto te valore él, y cuánto te valores tú. Si después de intentarlo, sientes que estás sola en esto, que no compartís ni lo básico, pues la respuesta ya está clara. Pero si hay un fondo de cariño y respeto, quizá solo falta ajustar la comunicación.
Ojo con las señales
Porque no es solo que no te incluya, es cómo lo hace. Si es un despiste, una mala costumbre, no es lo mismo que un desprecio. Y eso se nota en detalles: si te mira a los ojos cuando habláis, si te busca para otras cosas, si se preocupa por ti. Eso cuenta.
En resumen, o eso creo
- Detecta qué está pasando, sin saltar a conclusiones rápidas.
- Habla, sin atacar, con calma y sinceridad.
- Observa cómo responde y si realmente le importa.
- No te olvides de ti: cuida tu tiempo y tu espacio.
- Decide qué quieres y qué mereces, sin miedo.
Y bueno, no sé si esto te ayuda o te confunde más, pero ya te digo que estas cosas no tienen receta mágica. Cada pareja es un mundo, y a veces uno se queda en la puerta de los planes, pero la puerta no debería cerrarse para siempre. O eso, o hay que agarrar la llave y cambiar la cerradura.
Venga, que me voy agotando, pero espero que algo de esto te sirva. Y si no, bueno, al menos has leído a alguien que lo pasó mal y salió adelante, que ya es algo. Hala, hasta otro rato.