Cuando mi novia empezó a estar distante sin explicación: crónica de un desconcierto
Pues nada, os cuento que una vez, hace no mucho, me pasó eso de qué hacer si tu novia se muestra distante sin explicación. Y no es broma, que uno se queda como un pasmarote, mirando el móvil como esperando que suelte un mensaje que alivie esa niebla rara que se ha instalado entre vosotros. No es fácil, eh, porque no te lo esperas, y menos sin avisos ni señales. Te preguntas si te habrás equivocado en algo, o si fue ella, o si la distancia es solo un espacio temporal o algo más peliagudo.
La primera reacción: ¿y ahora qué hago?
Cuando notas que ella se pone en modo “no disponible”, que antes te contestaba rápido y ahora tarda horas o días, o que su mirada se escapa en vez de encontrarse con la tuya… pues, a ver, la típica reacción es querer asaltar, preguntar mil veces, tratar de entender. Pero ojo, esto puede ser contraproducente. Lo que uno quiere es respuestas claras, pero si ella no las tiene o no las quiere compartir, hay que tener paciencia, aunque suene a tópico de libro de autoayuda.
Lo primero que me vino a la cabeza fue escribirle algo tipo “¿todo bien?” o “¿quieres hablar?”, pero luego pensé que tal vez estaba siendo demasiado insistente o que eso la alejaba más. Y es que, a veces, el silencio habla más que mil palabras, aunque duela.
¿Por qué ocurre esta distancia repentina?
Vale, aquí entramos en terreno pantanoso. No hay una única razón, y cada situación es un mundo. Puede ser estrés, problemas personales, cambios en la vida, o incluso un bajón en los sentimientos. A veces ni ella misma sabe explicarlo. Otras veces, es una forma de protegerse, de poner un muro para no herir o para no hacerse daño.
Es como cuando una planta se marchita un poco porque no le das el sol o el agua que necesita, pero no sabes si es porque te olvidaste de regarla o porque el suelo está malo. Igual con las personas, ¿no?
¿Intentar hablar o darle espacio?
Esta es la eterna duda. Porque si hablas mucho, puede sentirse acosada o presionada. Pero si dejas demasiado espacio, puede pensar que no te importa. Eso sí, cuando digo hablar, no me refiero a interrogar, sino a mostrar que estás ahí, abierto, sin exigir respuestas pero con ganas de escucharlas cuando quiera compartirlas.
Quizás un mensaje tranquilo, sin esperar contestación inmediata. A veces, menos es más. Que no parezca que estás contando los minutos ni como un detective. No sé si estoy diciendo algo obvio o si me estoy liando…
Cómo cuidarte mientras ella está distante
Esto también es importante y a veces se olvida. Porque sufres, claro, pero no puedes dejar que ese sufrimiento te devore. Mantente activo, haz cosas que te gusten, queda con amigos, no te recluyas. No es que te vayas a olvidar de lo que pasa, pero sí que te ayuda a ver las cosas con algo más de perspectiva.
- Dedica tiempo a tus hobbies, aunque no tengas ganas.
- No te aísles, aunque te apetezca.
- Habla con alguien de confianza, un amigo o familiar.
- Evita pensar en lo peor, que a veces la mente es muy traicionera.
¿Y si la distancia dura mucho?
Ah, esto es de traca. Porque hay distancias que son fases y otras que se alargan hasta convertirse en muros. Y no siempre se arregla con un “hablamos y ya”. Si ves que pasan semanas y la situación no cambia, pues toca replantearse. No digo que sea el fin, pero sí que te preguntes si esa relación te está haciendo más daño que bien.
Y aquí me pongo a pensar, ¿hasta dónde uno aguanta siendo ese pilar invisible? Porque claro, todos tenemos límites. No sé si eran tres o cuatro ideas que quería poner aquí, pero la esencia es esa: no olvides tu valor ni tu bienestar.
¿Cuándo buscar ayuda externa?
Si ya te sientes perdido, y la comunicación no fluye, igual es momento de pensar en terapia de pareja o en algún tipo de apoyo. No digo que sea la solución mágica, pero puede ayudar a desatascar lo que parece atascado. Lo importante es que haya voluntad de las dos partes, sino poco se puede hacer.
Un consejo final, ya para acabar
En fin, que si tu novia se muestra distante sin explicación, lo primero es no desesperar y no lanzarte a conclusiones locas. Intenta entender que todos tenemos nuestros tiempos y espacios, y que el silencio no siempre es algo malo. Pero también cuídate, y si ves que la cosa no mejora, pues valora qué es lo mejor para ti. Que a veces el amor también es saber soltar, aunque duela.
Bueno, pues eso. Que escribo esto con la cabeza un poco en otro lado, y ya me voy, que esto da para mucho más, pero creo que ya está la idea. A ver si alguien le sirve o se siente menos solo. Y nada, suerte con esas distancias que a veces parecen mares.