Cómo apoyar a tu novio cuando está pasando por un mal momento
Recuerdo una vez, hace no mucho, que mi chico estaba realmente mal. No sé si fue por el trabajo o por esas mierdas de la vida que a veces se acumulan sin avisar, pero estaba hundido, y yo no sabía ni por dónde empezar a ayudarle. Esa sensación de impotencia es lo peor, y te juro que desde entonces entiendo bien lo difícil que es apoyar a tu novio cuando está pasando por un mal momento. No es solo decir “ánimo” y ya, es mucho más… complicado, o al menos a mí me lo pareció.
Primero: entender que cada persona lo vive distinto
A ver, parece obvio, ¿no? Pero creer que tu forma de llevar el estrés o el bajón es igual que la suya… uff, es un error común. Algunos se cierran en su caparazón, otros necesitan hablar mil veces lo mismo, y otros solo quieren que estés ahí sin decir nada. Y tú ahí, tratando de adivinar qué demonios hacer.
Lo importante es tener paciencia, porque si intentas forzar que hable o que se anime, puede que acabes empeorando las cosas. No, no es que no te quiera contar nada, es que simplemente no puede. Eso me pasó a mí, que pensé que no me decía nada porque no confiaba, y no, era solo que no estaba listo.
Escuchar de verdad, sin interrumpir ni juzgar
Esto debería ser una regla de oro. Muchas veces, cuando alguien está mal, lo que menos quiere es que le den consejos no pedidos o que le digan “tú puedes” como si fuese un mantra mágico. Necesita que alguien le escuche y se quede ahí, en silencio, aunque a ti te dé ganas de hablar para arreglar todo.
Yo aprendí que poner atención plena, aunque sepas que no vas a arreglar nada, ya es un gran apoyo. Es como cuando a veces solo quieres que alguien te mire a los ojos y te diga “estoy aquí”. Pues eso.
No perder tu propio equilibrio
Este punto me costó mucho. Porque claro, cuando tu novio está mal, a veces te absorbe y tú terminas agotada, o frustrada. No puedes olvidarte de ti misma, de tus límites. A veces me sentía como una tabla de salvación, y eso pesa, mucho.
Entonces, ¿qué hacer? Pues encontrar un balance. No se trata de ser superhéroe, sino de cuidaros los dos, porque si tú te caes, él también se hunde más. Es como cuando en los aviones te dicen que primero te pongas la mascarilla a ti antes de ayudar a otro.
Acciones pequeñas pero significativas
Ojo, no todo tiene que ser palabras. A veces un gesto dice más que mil discursos. Prepararle su comida favorita, dejarle una nota, darle un abrazo sin decir nada, o simplemente sentarte a su lado viendo una peli tonta. Eso también cuenta y mucho.
Yo una vez le hice un café con chocolate cuando lo vi que estaba fatal, y aunque luego me dijo que no era para tanto, creo que le dio un poquito de fuerza. No sé, cosas así, sencillas.
Ah, espera, creo que me estoy liando un poco con esto. Tenía algo apuntado pero no lo encuentro, da igual. Lo que quería decir es que a veces ni haciendo todo bien sale. No sé si me explico, pero bueno, ya me entiendes. Bueno, volviendo al tema, creo que lo que importa es tener constancia, no desesperar si no ves resultados rápidos, porque las cosas emocionales no funcionan con cronómetro, ni con receta exacta, más bien es como un rompecabezas que vas armando poco a poco y a veces se pierde una pieza y tienes que esperar a encontrarla.
Reconocer cuándo es momento de buscar ayuda profesional
Esto es un poco tabú, pero te digo que es fundamental. Si ves que tu novio está muy hundido y no mejora, no dudes en sugerir que hable con un psicólogo o alguien que pueda guiarlo mejor. No eres su terapeuta ni su responsable emocional.
Es duro admitirlo, pero a veces hace falta que alguien de afuera aporte herramientas. Y no pasa nada por eso, al contrario, es de valientes pedir ayuda.
Creando un espacio seguro para él
Un lugar donde pueda expresarse sin miedo a ser juzgado. Eso es clave. Puedes ayudar creando una rutina de conversación, un momento del día para charlar de cómo se siente, o simplemente estar disponible sin presionar.
En mi caso, lo que más funcionó fue dejarle claro que no iba a cambiar mi cariño por estar triste o enfadado. Que para mí, sus momentos malos no eran un problema, sino parte de la vida.
¿Y qué pasa cuando tú también estás cansada?
Porque claro, no basta con apoyar, también hay que cuidar a quien apoya. A veces me sentía tan agotada que solo quería desaparecer. Pero bueno, esto es real, la vida no es una peli romanticona donde todo se arregla con un beso y una sonrisita.
Así que está bien reconocerlo y pedir espacio si lo necesitas, sin sentir culpa. No eres menos por eso.
La importancia del humor, aunque sea negro
No sé si será para todos, pero a mí a veces me salva hacer una broma tonta, algo absurdo para romper la tensión. Reír juntos un poco, aunque sea por cosas sin sentido, ayuda a desahogar.
Eso sí, siempre con cuidado de no minimizar lo que siente el otro, que no es lo mismo reír que ignorar el problema.
Para terminar…
Apoyar a tu novio cuando está pasando por un mal momento es un camino con muchas curvas y sin mapa fijo. No hay fórmulas mágicas, solo estar ahí, con paciencia, amor y, a veces, con la cabeza un poco hecha un lío, pero sin perder la esperanza. Y bueno, si algo aprendí es que no hay que ser perfecto para hacerlo bien, solo querer hacerlo. Pues eso.