Cuando tu novio cambia después de empezar a salir contigo: un lío de emociones y confusión
Te prometo que esto me pasó, y no hace tanto. Justo cuando todo parecía ir viento en popa, ahí estaba él, cambiando de golpe, como si alguien hubiera pulsado un botón invisible. No sé si a ti te ha pasado también, pero cuando tu novio cambia después de empezar a salir contigo, la sensación es como caer por una escalera sin agarrarte a nada.
Al principio, piensas que es normal, que la gente evoluciona, que los cambios son parte del rollo, pero luego… luego empiezas a dudar de todo. ¿Será que ya no le gusto? ¿O simplemente está pasando por algo que no me cuenta? No sé, es raro, en serio.
El famoso “no sé qué me pasa”: la excusa comodín
Lo primero que suele salir es esa frase de manual cuando alguien no quiere entrar en detalles: “No sé qué me pasa”. Yo la escuché mil veces de boca de mi ex, y cada vez que la decía, se me encogía el alma. Porque claro, no saber qué le pasa a tu pareja es como estar en medio de un bosque sin mapa ni brújula.
Y es que, a ver, a veces los cambios no tienen explicación inmediata. Puede que esté estresado del trabajo, o que tenga problemas familiares. Pero es que hay veces que no parece ser nada externo, sino algo interno, como que ya no reserva el mismo espacio para ti.
¿Y qué haces cuando el cambio no es para mejor?
Esta es la gran cuestión. ¿Le pides explicaciones? ¿Te callas y esperas a que vuelva el de antes? ¿O simplemente te cansas y te largas? Yo, si te soy sincero, he probado un poco de todo y no hay receta mágica.
- Hablar, hablar y hablar: Aunque parezca una obviedad, muchas veces no se hace. Hablar de verdad, sin reproches, intentando entender qué pasa.
- Darte un tiempo: No siempre es malo. A veces el espacio es el mejor aliado para que alguien se reconecte consigo mismo y vuelva a ti o no, pero con claridad.
- Observar tus sentimientos: Porque no todo es culpa de él. ¿Cómo te sientes tú? ¿Qué necesitas realmente?
Pero ojo, que esto suena fácil pero es un lío. A veces piensas que si hablas mucho, lo ahogas, y si no dices nada, se te va de las manos.
La paranoia mental no ayuda: cuando tu cabeza es un torbellino
Vale, a ver, que me estoy acordando de lo peor: cuando tu cabeza no para de darle vueltas a cada cambio, a cada silencio, a cada mensaje que tarda más o menos. Es un no parar. Y claro, eso desgasta un montón.
En ese momento empiezas a imaginar cosas que ni han pasado, a recordar cosas viejas, a comparar con novios anteriores (gran error) y en fin, a meterte en un bucle sin salida. ¿Se escribe así? Bueno, da igual, se entiende.
Ah, espera, creo que me estoy liando un poco con esto. Tenía algo apuntado pero no lo encuentro, da igual. Lo que quería decir es que a veces ni haciendo todo bien sale. No sé si me explico, pero bueno, ya me entiendes.
¿Cambian las personas o cambian las relaciones?
Mira, esta es otra cosa que cuando te pasa, no puedes evitar preguntarte: ¿es que mi novio cambió realmente o es que la relación cambió la forma en que lo veo? Porque a veces la novedad de estar juntos hace que todo parezca perfecto, y cuando la rutina entra, pues… todo se pone más gris.
Y no es que él sea otra persona, es que la química, la emoción, el ideal, se transforman en algo más complejo y a veces menos bonito, pero más real. Y claro, ese choque puede parecer un cambio radical cuando en realidad es solo la realidad dándose paso.
¿Vale la pena seguir?
Esta pregunta la tienes que hacer tú. No hay respuestas universales, pero sí algunas señales que te pueden ayudar a tomar la decisión:
- Respeto: Aunque cambie, el respeto debe ser la base. Si eso se pierde, malo.
- Comunicación: Debe existir, aunque sea difícil.
- Valores compartidos: Lo que importa realmente a largo plazo.
- Felicidad: ¿Te sientes bien o siempre estás a la defensiva?
Si fallan muchas de estas cosas, tal vez el cambio sea un aviso para replantearte las cosas. Por otro lado, si tienes dudas, intenta recordar qué fue lo que te enamoró en primer lugar. Eso ayuda.
Un consejo final, ya para ir cerrando
Bueno, que esto se está alargando y ya veo que divago y repito. Pero sí, si tu novio cambia después de empezar a salir contigo, lo mejor que puedes hacer es no precipitarte ni encerrarte en tu cabeza. Habla, siente, observa y no te olvides de ti misma en el proceso.
No siempre se puede arreglar todo. No siempre vuelve el de antes. Y a veces, simplemente, las cosas cambian y toca aceptar que no es para ti. O que eres tú la que estás cambiando y quizás ni te has dado cuenta.
En fin, no te agobies demasiado. Esto de las relaciones es un caos y ya está. Lo importante es que sigas siendo tú, con todo lo bueno y lo malo. Que no te pierdas tratando de encontrar un novio ideal que a lo mejor ni existe. Que al final, la gente cambia, y tú también, y eso está bien.
Pues nada, pues eso, que… ánimo, que las cosas se aclaran o no, pero la vida sigue. Ya está, me rindo, hasta aquí llego.